La Salsa Vive

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domingo, 17 de julio de 2011

En Nombre del Marketing y la farandula


Por: Agustín de la Cruz -En muchas ocasiones uno se pregunta sobre cuales son los parámetros de pulcritud en los que se debe enmarcar un trabajo artístico para estar fuera de las criticas contradictorias de quienes son los indicados para manejar los códigos de censura y poderlos aplicar de igual manera a todo lo que según esos mismos códigos atente contra la en extinción moral de estos tiempos.

Considero que si vamos aplicar reglas y parámetros de censura no lo hagamos por conveniencia, mucho menos por polemizar, hagámoslo con la convicción de que estamos cuidando el mensaje que le llega a nuestra juventud, sobre todo a nuestros hijos.

Sin ánimo de exonerar de toda culpa, el ver las avalanchas de críticas y censuras hacia “Calle 13” resulta patético antes las tantas violencias, sexo y drogas que por vía audio-visuales tienen inundados todos los medios de difusión y estos críticos de pacotillas no dicen nada, estas instituciones que deben velar por que el mensaje no llegue distorsionado a la sociedad, prefieren callar haciéndose cómplices de la tanta basura que bombardean hacia nuestra Juventud.

Si hablamos de censurar el contenido lirico de una gran cantidad de temas que son promovidos a todos los niveles tendríamos que dejar los medios mudos, debido al bajo nivel de su mensaje, peor aun por la incitación a lo perverso, por como algunos maltratan, humilla y ridiculizan la mujer en sus letras, pero nadie dice nada nos embriagamos de silencio y permitimos que el alto volumen nos calle la voz.

Sentémonos unos minutos a observar algunos de los videos musicales que medios importantes promueven a nuestra juventud, pasemos revista a los miles de juegos que están idiotizando nuestros hijos, además aquellos video juegos cuya violencia parece salida de la mente de un criminal y por los que muchos de nosotros estamos pagando.

Pero luego acusamos a la mala suerte cuando un hijo nos sale ladrón o asesino, es mala suerte cuando se nos pierde en los vicios, es mala suerte cuando descubrimos que nuestra muchachita es todo un cuero, es mala suerte cuando nos dejan los estudios para irse a cruzar calles con un paracito de fundillos en la rodilla, es mala suerte cuando vemos niñas cuidando niños asumiendo una responsabilidad no acta para su edad. (Soylatino.net).

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