El dominicano cerró la última noche de feria con un recital netamente tropical
Excéntrico e irradiando simpatía, con aquel swing caribeño que solo existe en las ciudades donde corre la brisa marina y crecen los cocoteros, así se presentó Toño Rosario ante los asistentes de la Expocruz que quisieron disfrutar hasta el último segundo del evento que se repetirá dentro de un año. “Buenas noches, Bolivia, Santa Cruz”, saludó a la medianoche del domingo, el dominicano enfundado en un pantalón de látex negro, enjoyado y con sus características rastas recogidas en un moño.
Las congas abrieron el show, acompañadas de los sonidos de una orquesta cien por ciento tropical, donde se impusieron las trompetas, el saxofón y la infaltable guïra.
Machúcalo, machúcalo, machúcalo fue el primer tema del artista y la frase que enlazó el resto del repertorio. Toño se movía un pasito para atrás, otro para adelante, meneaba las caderas, subía y bajaba, dejando claro que el ritmo lo lleva en la sangre.
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