La Salsa Vive

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domingo, 8 de abril de 2012

Benedicto XVI, El Papa, No Basta Con Rezar Ni en América Ni en África

Por José Zabala

Como cristiano que soy, a veces me pregunto si es correcto practicar la fe a mi manera. Tengo mis dudas, pero de lo que estoy seguro es que siento temor de mi Señor, y ese es el primer paso para sentirme cristiano y un verdadero hijo de Dios.

Y hablando de cristianismo, me voy más lejos y me remonto al nuevo Testamento, donde me encuentro con dos grandes colosos del cristianismo, como son el apóstol Pablo y el apóstol Juan, sin comentar detalles de sus testimonios, pues provenimos de una cultura con profunda raíces cristianas, la gran mayoría conocen sobre la Biblia y saben quiénes fueron estos dos grandes apóstoles, y por eso afirmo con propiedad que mi fe cristiana se fundamenta en las enseñanzas de estos dos grandes discípulos de Jesucristo, desde el Génesis hasta el Apocalipsis.

Recientemente, estuvo visitando América el papa Benedicto XVI, el máximo representante del catolicismo. Sus niveles de aceptación y popularidad son muy diferentes a los de su antecesor Juan Pablo II. No quiero abundar mucho sobre su trayectoria, y supongo que ustedes la conocen tan bien como yo, admirada por unos y cuestionada por otros, por eso se llega a afirmar que su liderazgo no es masivo entre la feligresía católica, comparándolo con Juan Pablo II.
Es mucho lo que se comenta sobre las grandes diferencias entre estos dos Papas, que van desde la primera impresión visual que es su rostro pues para algunos el Papa Benedicto XVI no inspira confianza, hasta de sus experiencias pasadas que estuvieron marcadas por decisiones cuestionables en sus funciones antes de ser nombrado Papa, lo cual para muchos cristianos acostumbrados a su antecesor Juan Pablo II, quien fue considerado un hombre carismático y querido por todo el mundo.

Ahora bien, considero que la visita de Benedicto XVI a México y a Cuba, fue basada en los siguientes objetivos:

En México, realizó un esfuerzo por recuperar la fe católica en un pueblo que ha pasado por situaciones difíciles en los últimos años. Claro, es oportuno resaltar que México es el país de América con la mayor población católica.

En Cuba, más bien lo considero como una visita de imagen por su discurso pastoral ante tantas expectativas mundiales y las realidades del pueblo cubano, creo que Benedicto XVI bien pudo haber realizado esto desde la plaza de San Pedro en Roma.

Pues bien, en México, su mensaje de orientación, unidad y esperanza, el cual lo puedo calificar justo y al mismo tiempo valoro su esfuerzo de compenetración con el pueblo, quienes lo calificaron como un hijo de México. Pero fueron tantas las diferencias que encontró dicho Papa en reclamaciones de sectores por su visita, que el Vaticano tendría que revisarla y evaluarla, y ver qué tan positiva fue, y sobretodo que tan conforme quedaron los fieles católicos con Benedicto XVI.


Destacándose de que el Vaticano ignoró uno de los puntos vitales de su visita al país azteca donde miles de fieles católicos querían conocerse su posición sobre el sonado caso del Padre Marcial Maciel y su orden los Legionarios de Cristo.

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