La Salsa Vive

La Salsa Vive

jueves, 15 de abril de 2010

Grave Lo Que Nos Trae El Sonajero De Grisbel Medina.


“Imagínese usted, tengo el ánimo en el suelo, sin esperanzas de nada” es la frase de una madre en luto, el clamor de Marisol Payano, antigua conserje de una oficina de seguros.

Un fruto de su vientre era Leonardo Contreras, uno de los dos jóvenes deportistas acribillados en el 2007 por David (Denny) Bautista Vásquez, condenado por el caso a veinte años de prisión. El otro chico (Miguel A. Tejada) es hijo de Francisca Teresa Tejada, a quien ya no le quedan lugares donde llorar.

Hace tres años, aquel 19 de julio que tanto duele, el cielo se le cayó encima a dos madres de San Francisco de Macorís.

Sus hijos, los muchachos que criaron venciendo el cuco de la pobreza, el estigma de que del barrio no sale nada bueno y donde la uniformada y el poder sólo golpean, los desbarató a plomazos un individuo que celebra una gracia acabadita de recibir.

La Corte de Apelación Penal del Departamento Judicial de San Francisco de Macorís redujo a ocho años la condena a Denny, el agresor que, según su voluminoso expediente delictivo, está involucrado en otros siete asesinatos, incluida la muerte de un policía, así como tráfico de drogas y porte de armas de guerra (metralleta y pistola HS2000 reporta El Jaya) con una de la cual ultimó a los jóvenes.

Reducir la pena de veinte a ocho años al asesino de dos promesas del deporte, del orgullo humano de dos familias humildes, conmociona las fibras íntimas del Nordeste.

La gente pregunta y nadie se explica (incluyendo el fiscal de SFM) con qué argumento la Corte de Apelación favoreció al agresor con la precipitada reducción de la pena.

La injusta e indigna decisión del tribunal ahonda las denuncias de prácticas indecorosas y deshonestas que cunden en la citada corte.

Organizaciones sociales, profesionales, comunitarios y judiciales de SFM solicitan la mirada de Subero y la Suprema Corte de Justicia para que ordene una investigación absoluta y exhaustiva sobre lo que allí sucede.

Los muertos no hablan, pero los vivos de San Francisco de Macorís tienen los sentidos en dirección a los jueces de la Corte de Apelación que acaban de anotarse un repudiado “fao” en el fallo del pasado 16 de marzo. Mientras las familias incoaron un recurso de casación ante la Suprema a fin de que el caso se conozca en otra Corte, Marisol sigue fija al retrato de su muchacho. Y las lágrimas, calientitas, mojan su impotencia, le llueven en las manos.

No hay comentarios: