La Salsa Vive

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jueves, 27 de mayo de 2010

Aqui Esta El Sonajero De Grisbel Medina.

Hace poco una respetable institución de Santiago organizó una premiación para distinguir el compromiso, la calidad del desempeño y la honestidad probada de sus dependientes.

O sea, la milla extra como define ahora el departamento de Recursos Humanos a las personas que no le hacen caso al “esto no es mío” y son creativas, proactivas y perfuman con su buena aura y laboriosidad los espacios donde habitan.


Con permiso de meter las narices en los preparativos, escuché a la titular de RH decir que era difícil escoger una persona en un renglón con varios candidatos igual de eficientes, igual de valiosos.

Para salir airosa del asunto, la comisión de premiación primero sacó de la lista de galardones a los mandos altos de la empresa y valoró las evaluaciones de desempeño realizadas anualmente. Y así, salieron los nombres de nominados y ganadores.

En la ceremonia, el acierto se destapó cuando eran mencionadas tanto las nominadas como las personas ganadoras.

El público, con su bulla y cariño, se encargó de demostrar que en la selección imperó la justicia. En el discurso, la gerente de RH dejó claro que “los procesos de reconocimiento de toda índole representan un verdadero reto, pues seleccionar personas merecedoras de la distinción no es tarea sencilla, sobre todo si se trata de un equipo humano que se caracteriza por sus altos estándares de desempeño como son los miembros de esta familia”.

En la institución aludida se brega con dinero, se manejan números y documentación delicada. Me dio gusto saber que el apuro era porque la honra de mucha gente la hacía candidata al botón de la excelencia. Y qué grato fue apreciar la alegría de un honor justo, para nada goloseado, en un país que tantas placas entrega para calmar el ego de muchos ruidosos sin honradez ni talento.

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